sábado, 27 de febrero de 2010

ZEUS


ZEUS


En la mitología griega Zeus (en griego antiguo: nominativo Ζεύς Zeús, ‘rey divino’, genitivo Διός Diós) es el rey de los dioses olímpicos, gobernante del monte Olimpo y dios del cielo y el trueno. Sus atributos incluyen el rayo, el águila, el toro y el roble. Además de su herencia indoeuropea, el clásico Zeus «recolector de nubes» también obtuvo ciertos rasgos iconográficos de culturas del antiguo Oriente Próximo, como el cetro. Zeus fue frecuentemente representado por los artistas griegos en dos poses: de pie, avanzando con un rayo levantado en su mano derecha, y sentado majestuosamente.

Hijo de Cronos y Rea, era el más joven de sus descendientes. En la mayoría de las tradiciones aparece casado con Hera, aunque en el oráculo de Dódona su esposa era Dione, con quien según la Ilíada fue padre de Afrodita. Es conocido por sus numerosas aventuras y amantes, fruto de las cuales fueron muchas deidades y héroes, incluyendo Atenea, Apolo y Artemisa, Hermes, Perséfone, Dioniso, Perseo, Heracles, Helena, Minos y las Musas. Con Hera suele decirse que fue padre de Ares, Hebe, Ilitía y Hefesto.[1]

Su equivalente en la mitología romana era Júpiter y en la etrusca Tinia. En la mitología hindú equivale a Indra, con quien comparte incluso el rayo como arma.

Contenido
1 Culto
1.1 Cultos panhelénicos
1.2 Historia
1.3 Papel y epítetos
1.4 Algunos cultos locales
1.4.1 Zeus cretense
1.4.2 Zeus Liceo en Arcadia
1.4.3 Zeus subterráneo
1.5 Oráculos de Zeus
1.5.1 El oráculo de Dódona
1.5.2 El oráculo de Siwa
1.6 Zeus y los dioses extranjeros
2 Zeus en la mitología
2.1 Nacimiento
2.2 Infancia
2.3 Zeus se convierte en rey de los dioses
2.4 Zeus y Hera
2.5 Raptos
2.6 Consortes y descendencia
2.7 Miscelánea
3 Zeus en el arte
4 Zeus en la filosofía
5 Notas
6 Bibliografía
7 Véase también
8 Enlaces externos


Culto Cultos panhelénicos

El principal centro donde los griegos se reunían para rendir honores al rey de sus dioses era Olimpia. El festival cuatrienal que se celebraba allí incluía los famosos Juegos. Había también un altar dedicado a Zeus construido no de piedra, sino de ceniza, procedente de los restos acumulados durante muchos siglos de animales sacrificados allí.

Aparte de los principales santuarios situados entre poleis, no había formas de culto a Zeus que compartiese todo el mundo griego. La mayoría de los títulos enumerados más abajo, por ejemplo, podían encontrarse en ciertos templos griegos desde Asia Menor hasta Sicilia. Determinados rituales se celebraban de la misma forma también: sacrificar un animal blanco sobre un altar elevado, por nombrar uno.


Zeus colosal sentado de Gaza, período romano (Museo Arqueológico de Estambul). Historia [editar]Zeus, poéticamente llamado con el vocativo Zeu pater (‘Zeus padre’), es una continuación de *Di̯ēus, el dios protoindoeuropeo del cielo diurno, también llamado *Di̯eus ph2tēr (‘Padre Cielo’).[2] El dios es conocido bajo este nombre en védico (comp. Dyaus/Dyaus Pita), latín (comp. Júpiter, de Iuppiter, derivado del vocativo PIE *dyeu-ph2tēr),[3] derivado de la forma básica *dyeu- (‘brillar’),[2] y en la mitología germana y nórdica (comp. *Tīwaz > AAA Ziu, nórdico antiguo Týr), junto con el latín deus, dīvus y Dis (una variante de dīves),[4] del sustantivo relacionado *deiwos.[4] Para los griegos y romanos, el dios del cielo era también el dios supremo, mientras que esta función era desempeñada por Odín entre las tribus germánicas, por lo que no identificaban a Zeus/Júpiter con Tyr ni con Odín, sino con Thor (Þórr). Zeus es la única deidad del panteón olímpico cuyo nombre tiene una etimología indoeuropea tan transparente.[5]

Papel y epítetos Zeus desempeñaba un papel dominante, presidiendo el panteón olímpico de la Grecia Antigua. Engendró a muchos de los héroes y heroínas (véase una lista al final del artículo) y participaba en muchas de sus historias. Aunque el «recolector de nubes» homérico era el dios del cielo y el trueno como sus equivalentes de Oriente Próximo, era también el artificio cultural supremo. En algunos sentidos, era para los griegos la encarnación de sus creencias religiosas y la deidad arquetípica.

Además de los epítetos locales que simplemente designaban al dios haciendo algo concreto en algún lugar particular, los epítetos o títulos a él aplicados enfatizaban diferentes aspectos de su amplísima autoridad:

Olimpio enfatizaba el reinado de Zeus sobre los dioses y sobre el festival panhelénico en Olimpia.
Un título relacionado era Panhelenio (‘de todos los helenos’), a quien estaba dedicado el famoso templo de Éaco en Egina.
Como Xenios, Zeus era el patrón de la hospitalidad y los invitados, presto a vengar cualquier injusticia cometida contra un extraño (xenós).
Como Horkios, era el vigilante de los juramentos. A los mentirosos que eran descubiertos se les hacía dedicar una estatua a Zeus, con frecuencia en el santuario de Olimpia.
Como Agoreo, Zeus vigilaba los negocios en el ágora, y castigaba a los comerciantes deshonestos.
Como Egidoco (Αἰγιδοὓχος) o Egioco (Αἰγίοχος), era el portador de la égida con la que infundía terror al impío y sus enemigos.[6] Otros derivan este epíteto de αίξ (‘cabra’) y οχή, tomándolo como una alusión a la leyenda de Zeus mamando del pecho de Amaltea.
Como Meiliquios (‘amable’, ‘melifluo’ o ‘meloso’) subsumió un arcaico daimon ctónico apaciguado en Atenas.
Como Tallaios (‘solar’) fue adorado en Creta.
Véase también: Epíteto homérico

Algunos cultos locales
Además de los títulos y conceptos panhelénicos enumerados anteriormente, los cultos locales mantuvieron sus propias ideas idiosincrásicas sobre el rey de los dioses y los hombres. A continuación se enumeran algunas de ellas:

Con el epíteto Etneo fue adorado en el Etna, donde hubo una estatua suya y se celebraba en su honor una fiesta local llamada Etnea.
Como Eneio o Enosio fue adorado en la isla de Cefalonia, donde tuvo un templo en el monte Enos.
Como Agamenón fue adorado en Esparta. Eustacio cree que el dios derivó este nombre del parecido entre él y Agamenón, mientras otros creen que es un simple epíteto que significa ‘el eterno’, de ἀγὰν y μένων.
Zeus cretense [editar]Con una excepción, los griegos reconocían unánimemente a Creta como lugar de nacimiento de Zeus. La cultura minoica contribuyó esencialmente a la antigua religión griega: «por un centenar de canales la vieja civilización se vació en la nueva», señaló Will Durant,[12] y el Zeus cretense retuvo sus características juveniles minoicas. El hijo local de la Gran Madre, «una deidad pequeña e inferior que asumió los papeles de hijo y consorte»,[13] cuyo nombre minoico los griegos helenizaron como Velcanos, fue en su momento asumido como epíteto por Zeus, como ocurrió en muchos otros lugares, y pasó a ser venerado en Creta como Zeus Velcanos, el «Zeus-niño», a menudo simplemente Kurós.

En Creta, Zeus fue adorado en una serie de cuevas en Cnosos, Ida y Palaicastro. En la época helenística se fundó un pequeño santuario dedicado a Zeus Velcanos en el yacimiento de Hagia Triada. Monedas aproximadamente contemporáneas de Festos muestran la forma bajo la que fue adorado: un joven sentado entre las ramas de un árbol, con un gallo sobre las rodillas.[14] En otras monedas cretenses Velcanos es representado como un águila y junto a una diosa celebrando un matrimonio místico.[15] Inscripciones en Gortina y Licto registran una fiesta Velcania, demostrando que Velchanios fue aún ampliamente venerado en la Creta helénica.

Las historias de Minos y Epiménides sugieren que estas cuevas fueron alguna vez usadas para la adivinación incubadora por reyes y sacerdotes. El escenario dramático de las Leyes de Platón está en la ruta de peregrinaje a uno de estos sitios, enfatizando el conocimiento arcaico de Creta. Allí Zeus fue representado en el arte como un joven de largos cabellos en lugar de como un adulto maduro, y en los himnos se apelaba a él como ho megas kurós, ‘el gran joven’. Estatuíllas de marfil del «niño divino» fueron desenterradas cerca del laberinto de Cnosos por sir Arthur Evans.[17] Junto con los Curetes, un grupo de extáticos bailarines armados, Zeus presidía el riguroso entrenamiento militar y atlético y los ritos secretos de la paideia cretense.

El mito de la muerte del Zeus cretense, localizado en varios yacimientos montañosos aunque mencionado solo en una fuente relativamente tardía, Calímaco,[18] junto con la afirmación de Antonino Liberal de que un fuego se encendía anualmente desde la cueva de nacimiento que el infante compartió con un enjambre mítico de abejas, sugiere que Velcanos había sido un espíritu vegetativo anual.

El escritor heleno Evémero aparentemente propuso la teoría de que Zeus había sido en realidad un gran rey de Creta y que su gloria le habría lentamente transformado tras su muerte en una deidad. Las obras de Evémero no se han conservado, pero los escritores patrísticos cristianos asumieron la sugerencia con entusiasmo.

Zeus Liceo en Arcadia
Liceas
El epíteto Liceo (Lykaios, ‘lobuno’) es asumido por Zeus sólo en relación con las fiestas arcaicas de las Liceas en las faldas del monte Liceo, el pico más alto de Arcadia. Zeus tenía sólo una relación formal con los rituales y mitos de este primitivo rito de paso, con una antigua amenaza de canibalismo y la posibilidad de una transformación en hombre lobo de los efebos que participaban.[21] Cerca del antiguo montón de cenizas donde los sacrificios se celebraban[22] había un recinto prohibido donde, supuestamente, ninguna sombra era jamás proyectada.[23] Según Platón,[24] cierto clan se reuniría en la montaña para realizar un sacrificio cada nueve años a Zeus Liceo, y mezclarían un único trozo de entrañas humanas con las del animal. Se decía que quien comía la carne humana se transformaba en un lobo, y sólo podía recuperar su forma original si no volvía a comer carne humana hasta que hubiese terminado el siguiente ciclo de nueve años. Hubo juegos relacionados con las Liceas, retirados en el siglo IV a. C. a la primera urbanización de Arcadia, Megalópolis, donde un templo principal fue dedicado a Zeus Liceo.

Zeus subterráneo

Aunque la etimología indica que Zeus era originalmente un dios del cielo, muchas ciudades griegas honraban a un Zeus local que vivía bajo tierra. Los atenienses y sicilianos adoraban a Zeus Meiliquios, mientras otras ciudades tenían a Zeus Ctonio (‘terroso’), Catactonio (‘bajo tierra’) y Plusio (‘dador de riquezas’). Estas deidades podían ser representadas como serpientes o con forma humana en el arte, o de ambas maneras juntas para mayor énfasis. También recibían ofrendas de víctimas animales negras en pozos hundidos, como se hacía con deidades ctónicas como Perséfone y Deméter, y también con los héroes en sus tumbas. Los dioses olímpicos, por el contrario, recibían normalmente sacrificios de víctimas blancas sobre altares elevados.

En algunos casos, las ciudades no estaban completamente seguras de si el daimon para quien realizaban el sacrificio era un héroe o un Zeus subterráneo. De ahí que el altar en Lebadea en Beocia pudiera corresponder al héroe Trofonio o a Zeus Trofonio (‘el criador’), según se consulte a Pausanias o a Estrabón. El héroe Anfiarao era adorado como Zeus Anfiarao en Oropo, a las afueras de Tebas, y los espartanos tenían incluso un altar a Zeus Agamenón.


La emblemática vara arcaica con cabeza de águila sobrevivió en el periodo clásico: Zeus servido por Ganimedes en una crátera ática (c. 490–480 a. C.) Oráculos de Zeus [editar]Aunque la mayoría de los oráculos solían estar dedicados a Apolo, los héroes o diversas diosas como Temis, algunos lugares oraculares fueron dedicados a Zeus.

El oráculo de Dódona

El culto a Zeus en el Oráculo de Dódona en Epiro, donde hay evidencias de actividad religiosa a partir del II milenio a. C., tenía su centro en un roble sagrado. Cuando la Odisea fue compuesta (sobre el 750 a. C.), las profecías eran realizadas por sacerdotes descalzos llamados Selloi, que yacían en el suelo y observaban el susurro de las hojas y las ramas.[25] En la época en la que Heródoto escribió sobre Dódona, las sacerdotisas llamadas peleiades (‘palomas’) habían reemplazado a estos sacerdotes.

En Dódona la consorte de Zeus no era Hera sino la diosa Dione, cuyo nombre es la forma femenina de «Zeus». Su posición como titánide sugiere según algunos que puede haber sido una deidad prehelénica más poderosa, y quizás la ocupante original del oráculo.

El oráculo de Siwa

]El oráculo de Amón en el oasis de Siwa en el desierto occidental de Egipto no quedaba dentro de los límites del mundo griego antes de Alejandro Magno, pero aun así tenía gran influencia en los griegos durante la era arcaica: Heródoto menciona consultas a Zeus Amón en su relato de las Guerras Médicas. Zeus Amón era especialmente honrado en Esparta, donde existía un templo dedicado a él en la época de la Guerra del Peloponeso.

Después de que Alejandro hiciese una incursión en el desierto para consultar el oráculo de Siwa, surgió el personaje de la sibila libia.

Zeus y los dioses extranjeros

Zeus era equivalente al dios romano Júpiter y estaba asociado en la imaginación sincrética clásica (véase interpretatio graeca) con algunos otros dioses, tales como el egipcio Amón y el etrusco Tinia. Junto con Dioniso, Zeus absorbió el papel del dios jefe frigio Sabacio en la deidad sincrética conocida en Roma como Sabazius.

Zeus en la mitología

Nacimiento

Crono fue padre de varios hijos con Rea: Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón, pero se los tragó tan pronto como nacieron, ya que Gea y Urano le habían revelado que estaba destinado a ser derrocado por su propio hijo, tal como él había destronado a su padre. Pero cuando Zeus estaba a punto de nacer, Rea pidió consejo a Gea para urdir un plan que le salvara, y así Crono tuviera el justo castigo a sus actos contra Urano y contra sus propios hijos. Rea se escondió en la isla de Creta, donde dio a luz a Zeus. Luego engañó a Crono, dándole una piedra envuelta en pañales que éste tragó en seguida sin desconfiar.

Infancia

Rea escondió a Zeus en una cueva del monte Ida en Creta. Según diversas versiones de esta historia, Zeus fue criado:

Por Gea.
Por una cabra llamada Amaltea, mientras una compañía de Curetes o Coribantes (soldados o dioses menores) bailaba, gritaba y daba palmadas para hacer ruido y que Crono no oyese los llantos del niño. (Véase cornucopia.)
Por una ninfa llamada Adamantea. Puesto que Crono gobernaba la tierra, los cielos y el mar, ella le escondió colgándole con una cuerda de un árbol, de forma que quedaba suspendido entre la tierra, el mar y el cielo, siendo pues invisible a su padre.
Por una ninfa llamada Cinosura. En agradecimiento, Zeus la subió entre las estrellas tras su muerte.
Por Melisa, quien lo alimentó con leche de cabra y miel.
Por una familia de pastores bajo la promesa de que sus ovejas estarían a salvo de los lobos.

Zeus se convierte en rey de los dioses

Cabeza laureada de Zeus en un tetradracma griego, Lámpsaco, c. 360–340 a. C. (Cabinet des Médailles).Tras hacerse adulto, Zeus obligó a Crono a regurgitar primero la piedra (que se le dejó a Pitón bajo las cañadas del Parnaso como señal a los hombres mortales, el Ónfalos) y después a sus hermanos en orden inverso al que los había tragado. En algunas versiones, Metis le dio a Crono un emético para obligarle a vomitar los bebés, y en otras Zeus abrió el estómago de Crono. Entonces Zeus liberó a los hermanos de Crono, los Hecatónquiros y los Cíclopes, de su mazmorra en el Tártaro y mató a su guardiana, Campe. Como muestra de agradecimiento, los Cíclopes le dieron el trueno, el rayo o el relámpago, que habían sido previamente escondidos por Gea. En una guerra llamada la Titanomaquia, Zeus y sus hermanos y hermanas junto con los Hecatónquiros y Cíclopes, derrocaron a Crono y a los otros Titanes, que fueron encerrados en el Tártaro, un lugar húmedo, lúgubre, frío y neblinoso en lo más profundo de la Tierra y allí quedaron custodiados por los Hecatónquiros. Atlas, uno de los titanes que luchó contra Zeus, fue castigado a sostener la bóveda celeste.

Tras la batalla con los Titanes, Zeus se repartió el mundo con sus hermanos mayores, Poseidón y Hades, echándoselo a suertes: Zeus consiguió el cielo y el aire, Poseidón las aguas y Hades el mundo de los muertos (el inframundo). La antigua tierra, Gea, no podía ser reclamada y quedó bajo el dominio de los tres según sus capacidades, lo que explica por qué Poseidón era el dios de los terremotos y Hades reclamaba a los humanos que morían.

Gea estaba resentida por cómo Zeus había tratado a los Titanes, porque eran sus hijos. Poco después de subir al trono como rey de los dioses, Zeus tuvo que luchar con otros hijos de Gea, los monstruos Tifón y Equidna. Zeus derrotó a Tifón atrapándole bajo una montaña, pero dejó a Equidna y a sus hijos con vida como desafío para futuros héroes.

Zeus y Hera

Hera


Zeus era hermano y marido de Hera, con quien tuvo a Ares, Hebe y Hefesto, aunque algunas fuentes dicen que Hera tuvo a estos hijos sola. Algunos autores incluyen a Ilitía y Eris como hijas suyas. Zeus es famoso por sus conquistas de muchas mujeres mortales —entre las que destacan Sémele, Alcmena, Ío, Europa y Leda— y ninfas, de las que nacieron los fundadores de muchas dinastías helénicas. La mitografía olímpica recoge incluso uniones con las diosas Leto, Deméter, Dione y Maya.

Muchos mitos muestran a una Hera muy celosa de estas conquistas amorosas, y enemiga sistemática de todas las amantes de Zeus y de los hijos que tenían con él. Durante un tiempo, una ninfa llamada Eco tuvo el trabajo de distraer a Hera de estas aventuras hablándole incesantemente. Cuando Hera descubrió el engaño, maldijo a Eco a pronunciar sólo las palabras de los demás.

Hera también se representa despreciando profundamente a Ganimedes, un muchacho troyano a quien Zeus llevó al Olimpo para ser copero de los dioses, además de erómeno suyo.

Raptos

Los llamados «raptos» (en realidad violaciones) de Zeus no eran aventuras amorosas sino sucesos míticos que se sucedían en los cultos locales a ninfas del agua o los bosques, que eran suplantadas por el orden patrilineal olímpico imperante, provocando una revolución cultural, social y religiosa, o al menos una reforma radical de las creencias antiguas y una lectura reinterpretada de la prácticas religiosas establecidas.

Resulta notable que ninguno de estos raptos involucrase a las diosas olímpicas. Zeus solía engendrar con la ninfa el progenitor epónimo de una estirpe de reyes que sobreviviría hasta épocas heroicas o históricas arcaicas. En muchos casos Hera, la «celosa» diosa que representaba las tradiciones religiosas conservadoras, se vengaba atrozmente de la desleal «desertora», quien sucumbía al nuevo orden (véase Ío, etcétera). Cuando la raptada era humana, su madre era siempre una ninfa o semidiosa.

Consortes y descendencia

Deidades Mortales, ninfas u otras Madre desconocida Amantes masculinos

Deméter
Perséfone
Zagreo
Dione
Afrodita
Eris
Limos
Hera
Ares
Hebe
Hefesto
Ilitía
Leto
Apolo
Artemisa
Maya
Hermes
Metis
Atenea
Mnemósine
Musas (las tres originales):
Aedea
Meletea
Mnemea
Musas (las nueve definitivas):
Calíope
Clío
Erato
Euterpe
Melpómene
Polimnia
Talía
Terpsícore
Urania
Selene
León de Nemea
Pandia
Temis
Horas (primera generación):
Auxo
Carpo
Talo
Horas (segunda generación):
Dice (Astrea para los romanos)
Eirene
Eunomia
Horas (tercera generación):
Eporia
Ferusa
Ortosia
Moiras*:
Átropo
Cloto
Láquesis
Alcmena
Heracles
Antiope
Anfión
Zeto
Calisto
Arcas
Carme
Britomartis
Dánae
Perseo
Egina
Éaco
Elara
Ticio
Electra
Dárdano
Harmonía
Iasión
Europa
Minos
Radamantis
Sarpedón
Eurínome
Cárites:
Aglaya
Eufrósine
Talía
Himalia
Cito
Cronio
Esparteo
Ío
Ceróesa
Épafo
Lamia
Sibila Libia
Laodamía
Sarpedón
Leda
Cástor
Helena de Troya
Polideuco (Pólux)
Mera
Locro
Níobe
Argos
Pelasgo
Olimpia de Epiro
Alejandro Magno
Pluto
Tántalo
Pirra
Helén
Sémele
Dioniso
Táigete
Lacedemón
Talía
Palicos
Yodama
Tebe
Ate
Litaí
Némesis
Tique
Ganimedes

* Las diversas fuentes griegas afirman que eran hijas de Zeus y de la titánide Temis o de seres primordiales como Nix, Caos o Ananké.

Miscelánea
Estatua de Zeus en Olimpia, esculpida por Fidias.Tenía una vena justiciera cuyos mejores ejemplos quizás sean la ayuda que prestó a Atreo y la ejecución de Capaneo por su desmedida arrogancia. Era también el protector de los extranjeros y viajeros frente a aquellos de los que podían ser víctimas.
Convirtió a Pandáreo en piedra por robar el perro dorado que le cuidó de niño en la sagrada cueva dictea de Creta.
Mató a Salmoneo con un rayo por intentar imitarle, montando en un carro de bronce e imitando el ruido de truenos.
Transformó a Perifas en un águila tras su muerte, como recompensa por haber sido recto y justo.
Por rehusar asistir a su boda con Hera, transformó a la ninfa Quelona en tortuga.
Con Hera, convirtió a los reyes de Tracia Hemo y Ródope en montañas (los Balcanes o Stara Planina y las montañas Ródope, respectivamente) por su vanidad.
Condenó a Tántalo a tortura eterna en el Tártaro por intentar engañar a los dioses para que comiesen la carne de su hijo descuartizado.
Condenó a Ixión a ser atado a una rueda ardiente por toda la eternidad por intentar violar a Hera.
Hundió a los Telquines en el mar por arrasar la tierra con su cruel magia.
Cegó al vidente Fineo y envió a las Harpías a perseguirle como castigo por revelar los secretos de los dioses.
Recompensó a Tiresias con una vida el triple de longeva por fallar a su favor cuando Hera y él cuestionaron qué sexo obtenía más placer al hacer el amor.
Castigó a Hera colgándola del cielo por los dedos de los pies por intentar ahogar a Heracles con una tormenta.
De niño tuvo un amigo llamado Celmis. Muchos años después, Rea se sintió ofendida por las payasadas de Celmis y pidió a Zeus que le convirtiera en un trozo de acero o diamante. Zeus así lo hizo.
Tomó la decisión de casar a Afrodita con Hefesto para evitar disputas por ella entre los muchos dioses que deseaban a la diosa de la belleza.
De los muchos hijos que engendró, Heracles es a menudo descrito como su favorito. Cuando una tribu de Gigantes ctónicos amenazaron el Olimpo y el oráculo de Delfos decretó que sólo los esfuerzos conjuntos de un mortal y un dios los detendrían, Zeus eligió a Heracles para luchar a su lado, derrotando así a los monstruos.
Tras la muerte de Memnón, se apiadó de las lágrimas de su madre, Eos, y le concedió la inmortalidad.
Atenea ha sido llamada a veces su hija favorita.
Su pájaro sagrado era el águila dorada, que mantenía a su lado todo el tiempo. Como él, el águila era un símbolo de fuerza, coraje y justicia.
Su árbol favorito era el roble, símbolo de fuerza. También le eran consagrados los olivos.
Zelo, Niké, Cratos y Bía formaban su séquito.
En los antiguos juegos olímpicos, era el principal dios a alabar.
Zeus condenó a Prometeo a que un águila gigante comiese su hígado cada día por dar las llamas del Olimpo a los mortales.
Convirtió a Atalanta en una leona.
Zeus en el arte [editar]El escultor griego Fidias esculpió sobre el 435 a. C. una estatua de Zeus de 14 m de altura. La estatua se erigió en Olimpia y era quizá la más famosa de la Antigua Grecia, tradicionalmente considerada una de las siete maravillas del mundo antiguo. Fidias hizo la túnica y ornamentos de oro y talló el cuerpo en marfil.

Véase también: Estatua de Zeus en Olimpia
Zeus en la filosofía [editar]En el neoplatonismo, la relación de Zeus respecto a los demás dioses se interpreta como el Demiurgo o Mente Divina. Específicamente, dentro de las Enéadas de Plotino[28] y de las Teología Platónica de Proclo.

jueves, 25 de febrero de 2010

Ares


ARES



En la mitología griega, Ares (en griego antiguo Ἄρης Arês o Ἄρεως Areôs, ‘conflicto bélico’) se considera el dios olímpico de la guerra, aunque es más bien la personificación de la fuerza bruta y la violencia, así como del tumulto, confusión y horrores de las batallas, en contraposición a su hermanastra Atenea, que representa la meditación y sabiduría en los asuntos de la guerra y protege a los hombres y sus habitaciones de sus estragos. Los romanos le identificaron con Marte, dios romano de la guerra y la agricultura (al que habían heredado de los etruscos), pero éste gozaba entre ellos de mucha mayor estima.



Se le representa como hijo de Zeus y Hera, aunque existe una tradición posterior según la cual Hera lo concibió al tocar una determinada flor, en lo que parece ser una imitación de la leyenda sobre el nacimiento de Hefesto, y es recogida por Ovidio.Su lugar de nacimiento y auténtico hogar estaba situado lejos, entre los bárbaros y belicosos tracios, y a él huyó cuando fue descubierto acostándose con Afrodita.



Los helenos siempre desconfiaron de Ares,quizá porque ni siquiera estaba influenciado por el espíritu de pertenecer a un bando, sino que a veces ayudaba a una parte y a veces a la otra, según le dictaban sus inclinaciones. Su mano destructiva se veía incluso tras los estragos provocados por plagas y epidemias.Este carácter salvaje y sanguinario de Ares le hacía ser odiado por otros dioses, incluidos sus propios padres.



«Ares» fue también un adjetivo y epíteto en la época clásica: eran comunes los títulos Zeus Areios, Atenea Areia e incluso Afrodita Areia.

Culto

Copia de una escultura representando a Ares, obra de Alcámenes.El carácter guerrero de las tribus de Tracia llevó a la creencia de que el hogar de Ares estaba en ese país, que era junto con Escitia su principal centro de culto. Ares fue adorado en Escitia con la forma de una espada, a la que no sólo se sacrificaban caballos y otro ganado, sino también hombres



La adoración de Ares en los países al norte de Grecia parece indicar que su culto se introdujo en ellos desde Tracia, y el propio carácter del dios, como es descrito por la mayoría de los antiguos poetas griegos, parece haber sido ideado poco apropiadamente a su representación en obras de arte: en efecto, no se conocen representaciones artísticas de Ares anteriores a la época de Alcámenes, quien parece haber creado el ideal de Ares. Se conservan pocos monumentos griegos con representaciones del dios, apareciendo principalmente en monedas, relieves y joyas.



Aunque importante en la poesía, Ares fue raramente objeto de culto en la antigua Grecia, en comparación con otros dioses, salvo en Esparta, donde era apaciguado la víspera de la batalla, y en el mito fundacional de Tebas, apareciendo en pocos mitos más.En Esparta había una estatua del dios encadenado, para mostrar que el espíritu de la guerra y la victoria nunca abandonaría la ciudad.En esta ciudad se le sacrificaban cachorros de perros negros (en asimilación del sacrificio nocturno ctónico de Enialio) e incluso humanos.



En el mito de los Argonautas se creía que en la Cólquida, el vellocino de oro estaba colgado de un roble en una arboleda consagrada a Ares.Desde allí se creía que los Dioscuros trajeron a Laconia la antigua estatua de Ares que se conservaba en el templo de Ares Thareitas, en el camino de Esparta a Terapna.



La isla cercana a la costa de la Cólquida en la que se creía que moraban los pájaros del Estínfalo, y que se llamaba isla de Ares, Aretias, Aria o Chalceritis, estaba también a él consagrada.



El templo a Ares en el ágora de Atenas que Pausanias vio en el siglo II sólo había sido trasladado y rededicado allí durante la época de Augusto: en esencia era un templo romano a Marte. Sin embargo Pausanias señala que allí había una estatua suya realizada por Alcámenes. El Areópago, la ‘colina de Ares’ donde Pablo predicó, está situada a cierta distancia de la Acrópolis, siendo desde tiempos arcaicos un lugar donde se celebraban juicios. Esta relación con Ares, quizá basada en una falsa etimología, puede ser puramente etiológica.



En Olimpia existía un altar dedicado a este dios. También era adorado cerca de Tegea(llamado Ares Afneo), y en la misma ciudad de Tegea. Cerca de Tebas había una fuente consagrada a Ares.Mientras en Gerontra (Laconia) tenía un templo con una arboleda donde se celebraba un festival anual durante el cual no se permitía que las mujeres se acercasen al templo.



También existía el culto de una divinidad egipcia llamada Ares.



Símbolos

Cabeza de tipo Ares Borghese. Mármol de Carrara, copia romana (finales del siglo II) de una obra del siglo V a. C. generalmente atribuida a Alcámenes (escuela de Fidias), procedente de la región sagrada de Largo Argentina en Roma (Museos Capitolinos).Ares tenía una cuadriga tirada por cuatro sementales inmortales con bridas de oro que respiraban fuego.Entre los demás dioses, Ares era reconocido por su armadura de bronce y por la lanza que blandía en batalla. Sus pájaros sagrados eran las lechuzas, los pájaros carpinteros y especialmente los buitres. Según las Argonáuticaslos pájaros de Ares (Ornithes Areioi) eran una bandada de pájaros cuyas plumas podían lanzar como dardos y que guardaban el altar que las amazonas dedicaron al dios en una isla del mar Negro. Su animal favorito era el perro.



En el arte griego clásico sus atributos usuales eran un casco crestado y una lanza.



Títulos y epítetos
Enialio (Ἐνυάλιος Enyálios, transliterado también Enialo) era un epíteto común para Ares. Resulta interesante que en las tablillas micénicas en lineal B aparezca un dios llamado Enialio, mientras ares parece ser un sustantivo corriente que significa ‘guerra’. Sin embargo, para la época clásica Enialio había sido relegado al estatus de héroe (tal como aparece en la Ilíada) y Ares ascendido a dios. Enialio sobrevivió como un título de culto sólo en algunos escenarios, notablemente en el juramento de los efebos en Atenas.



Otros epítetos de Ares son:



Brotoloigos (Βροτολοιγός, ‘destructor de hombres’);

Androfontes (Ανδρειφοντης, ‘asesino de hombres’);

Miaiphonos (Μιαιφόνος, ‘manchado de sangre’);

Teikhesiplêtês (Τειχεσιπλήτης, ‘asaltante de murallas’);

Maleros (Μαλερός, ‘brutal’);

Teritas (Θηρίτας, ‘bestial’), por Tero, su niñera.

Mitología 
Ayudantes Deimos y Fobos eran hijos suyos con Afrodita y también respectivamente los espíritus del terror y el miedo, que le acompañaban a la batalla.  La hermana y compañera del homicida Ares era Enio, diosa del derramamiento de sangre y la violencia. La presencia de Ares se veía acompañada por Cidoimos, el daimon del alboroto de las batallas, así como las Macas (Batallas), las Hisminas (Disputas), Polemos (un espíritu menor de la guerra, probablemente un epíteto de Ares, pues no tenía un dominio específico) y la hija de éste, Alala, la diosa-personificación del grito de guerra griego, cuyo nombre era usado por Ares como grito de guerra propio. Su hermana Hebe, a quien trataba irrespetuosamente, era reclamada a menudo para prepararle el baño.



La fundación de Tebas
Uno de los muchos papeles de Ares situado en el propio continente griego era el del mito fundacional de Tebas: Ares era el progenitor del dragón acuático que mató Cadmo, convirtiéndose en ancestro de los espartanos, pues de los dientes del dragón brotaron como si una cosecha creciese una raza de guerreros descendientes de Ares, los espartos. Para aplacar a Ares, Cadmo tomó como esposa a Harmonía, hija de éste con Afrodita, resolviendo así la contienda y fundando la ciudad de Tebas.



Afrodita
En el mito cantado por el bardo en el salón de Alcínoo, rey de los feacios,el dios sol Helios espió una vez a Ares y Afrodita haciendo el amor en secreto en casa del esposo de ésta, Hefesto, a quien alertó presto. Hefesto enfureció y conspiró para atrapar a la pareja in fraganti, para lo que dispuso sobre la cama una sutil red metálica invisible con el poder de inmovilizar a cualquiera, incluyendo a los dioses. Así atrapó a Ares y Afrodita en la siguiente ocasión, trayendo entonces a los demás dioses para que fuesen testigos del adulterio (las diosas no fueron por pudor), pensando humillarlos. Algunos comentaron la belleza de Afrodita, otros que habrían cambiado gustosos el lugar de Ares, pero todos se burlaron de ellos. Poseidón accedió a devolver a Hefesto el excrex de Afrodita. Cuando la pareja fue liberada, Ares huyó a su tierra natal, Tracia.[4]



En una versión adulterada muy posterior, Ares ponía a Alectrión a su puerta para que le avisase de la llegada de Helios, pero el joven se quedó dormido y Helios descubrió a los amantes. Ares, furioso, transformó a Alectrión en un gallo, que nunca se olvida de anunciar la llegada del sol por la mañana.



Ares y los gigantes
En un oscuro mito arcaico, relatado en la Ilíada por la diosa Dione a su hija Afrodita, dos gigantes ctónicos, los Alóadas, Oto y Efialtes, encadenaban a Ares y le encerraban en una urna de bronce, donde permaneció trece meses, un año lunar. «Allí pereciera el dios insaciable de combate, si su madrastra [de los Alóadas], la bellísima Eribea, no lo hubiese participado a Hermes».[25] «En éste se sospecha un festival de libertinaje que se desata al decimotercer mes.»[8] Ares estuvo gritando y aullando en la urna hasta que Hermes lo rescató y Artemisa engañó a los Alóadas haciendo que se arrojaran sus lanzas uno al otro, matándose.



La Guerra de Troya

El Ares Ludovisi. Mármol pentélico, copia romana de un original griego de c. 320 a. C. Algunas restauraciones en mármol de Carrara por Gianlorenzo Bernini (1622).En la Ilíada, Homero representa a un Ares sin alianzas fijas ni respeto hacia Temis, el orden correcto de las cosas: prometió a Atenea y Hera que lucharía del lado de los aqueos, pero Afrodita logró persuadirle para que luchase junto a los troyanos.


Durante la guerra, Diomedes se enfrentó a Héctor y vio a Ares luchando en el bando troyano. Diomedes pidió a sus soldados que se retirasen lentamente. Hera, la madre de Ares, vio la injerencia de éste y pidió permiso a Zeus, su padre, para alejarlo del campo de batalla. Ares atacó a Diomedes con su lanza, pero Atenea desvió el ataque. Diomedes respondió con la pica y Atenea guió el golpe para herir a Ares, quien en su caída bramó como nueve o diez mil hombres y huyó al monte Olimpo, lo que obligó a los troyanos a retirarse.


Cuando Hera mencionó durante una conversación con Zeus que su hijo Ascálafo había muerto, Ares rompió a llorar y quiso unirse a la batalla del lado de los aqueos contra la orden de Zeus de que ningún olímpico debía participar en la guerra. Atenea detuvo a Ares y le ayudó a quitarse la armadura. Más tarde, cuando Zeus permitió a los dioses tomar parte activa en la guerra de los mortales, Ares intentó vengarse de Atenea, pero terminó herido de nuevo cuando ésta le golpeó con una piedra, cubriendo al caer con su cuerpo tumbado siete yugadas.



Otros mitos
En la contienda de Tifón contra Zeus, Ares se vio obligado, junto con los otros dioses, a huir a Egipto, donde se metamorfoseó en un pez.

Ares dio a Hipólita el cinturón que luego le quitó Heracles.

Cuando Afrodita amó a Adonis, un celoso Ares se transformó en un oso y mató a su rival. En algunas versiones de la historia de Adonis, Artemisa y Ares (su amante en ellas) enviaban un jabalí para matarle (esta versión es sospechosa porque implicaría que Artemisa mantuvo relaciones con Ares y, sin embargo, virtualmente todas las fuentes coinciden en que se mantuvo casta todo el tiempo).

Según una tradición posterior, Ares mató a Halirrotio, hijo de Poseidón, cuando éste intentó violar a Alcipe, su hija con Agraulo. Poseidón exigió a Zeus que Ares fuese castigado, por lo que fue llevado a juicio: el primer juicio por asesinato de la historia. Los demás olímpicos votaron que debía ser absuelto. Se cree que este suceso dio origen al nombre «Areópago».

Consortes y descendencia
Existen relatos de un hijo de Ares, Cicno de Macedonia, que fue tan sanguinario que intentó construir un templo con las calaveras y huesos de los viajeros a los que asesinaba. Heracles mató a este abominable monstruo, provocando la cólera de Ares, a quien también derrotó, obligándole a volver al Olimpo.



Otros consortes y descendientes de Ares son:



Aérope

Aéropo

Agraulo

Alcipe

Afrodita

Anteros

Deimos

Eros

Fobos

Harmonía

Altea

Meleagro

Astíoque

Ascálafo

Yálmeno

Atalanta

Partenopeo

Cirene

Diomedes

Crisa o Dotis

Flegias

Demonice

Eveno

Molo

Pilo

Testio

Enio

Enialio

Eos

Eritia

Euritión

Estérope o Harpina

Enómao

Filónome

Licasto

Parrasio

Harmonía

Amazonas

Ilia (Rea Silvia en la mitología romana)

Remo

Rómulo

Otrera

Antíope

Hipólita

Pentesilea

Pelopia o Pirene

Cicno

Protogenia

Óxilo

Tirine

Thrassa

Tritea

Melanipo

Madre desconocida

Alcón

Drías

Eagro

Licimnio

Lico

Niso

Portaón

Tereo





Ares en el Renacimiento
En las obras de arte renacentistas y neoclásicas, los símbolos de Ares son una lanza y un casco, su animal es el perro y su pájaro el buitre. En las obras literarias de estas épocas, Ares aparece como cruel, agresivo y sediento de sangre, vilipendiado tanto por dioses y humanos, casi como en los antiguos mitos griegos.



jueves, 18 de febrero de 2010

PIGNOISE

PIGNOISE

Es una banda de rock-pop-punk procedente de España, formada por el ex-futbolista del real madrid Alvarpo Benito, Hector Polo y Pablo Alonso.


Tras una lesión en la rodilla que prácticamente acabó con su carrera como el futbolista del Real Madrid y en Getafe, en sus largas sesiones de rehabilitación y reposo a Álvaro le regalaron una guitarra que aprendió a tocar poco ha poco y a componer sus propias canciones, se sabe que sus primeras canciones fueron en inglés. En la clínica de rehabilitación conoció a Hector Polo otro futbolista malherido por las lesiones.



El éxito le llegó a PIGNOISE con "Anunciado en televisión" con el tema "Nada que perder" que fue la canción principal de "Los Hombres De Paco". El disco vendió cerca de 150.000 copias alcanzando el puesto número 1 en ese mismo año.



El 23 de octubre de 2007 salió a la venta "Cuestión de Gustos", este fue su segundo gran éxito de PIGNOISE, con su principal single "Sigo llorando por ti" que en pocos días se convirtió en número 1 en las listas de descargas de "Itunes" y el disco alcanzó un total de casi 100.000 copias vendidas en toda España y cerca de 60.000 en E.E.U.U. Fue seleccionado como disco revelación de 2007.



Anteriormente en 2003 y 2005 habían lanzado a la luz "Esto no es un disco de punk" y "Melodías desafinádas, que tuvieron poco repercusión en el mercado.


Aqui unos links distraidos:

















Aqui pongo una canción de John Lenon que mola mucho pero no tiene nada que ver con PIGNOISE.